Que si se hubieran conocido serían el uno para el otro.
En este mismo instante alguien abre un regalo, y alguien una lata de sardinas; alguien abre su mente, y alguien sus piernas; alguien dice, "no me dejes nunca", y alguien dice, "no quiero que vuelvas".
En este mismo instante alguien abre un regalo, y alguien una lata de sardinas; alguien abre su mente, y alguien sus piernas; alguien dice, "no me dejes nunca", y alguien dice, "no quiero que vuelvas".
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